lunes, 20 de junio de 2022

Azul, Agua, Niebla y Misterio


Sonaba un extraño ruido escaleras abajo, lo que me despertó curiosidad porque se supone que estaba solo en casa.

Fui caminando con toda la tranquilidad del mundo hacia la planta baja, de donde provenía el incesante ruido.

Cuando llegué a la cocina fui a la escotilla que da al sótano, la miré con todo el aburrimiento del mundo y la abrí.

Antes de bajar cogí una vela del cajón de la cocina y la encendí, hace poco habían cortado la luz de la casa por la flojera de mis padres al no pagarla y la verdad no me importaba, trabajaba mejor de noche.

Bajé por la escotilla y el ruido era aún más exasperante aquí abajo, pero no me sorprendió lo que vi.

Un tipo poco conocido para mí estaba sentado en el suelo, sucio, rodeado de ratas que chillaban por la desesperación de comérselo. 

El tipo con toda la tranquilidad del mundo me miró y sonrió como si no pasara nada. Tenía una colilla a medio terminar, pero me di cuenta que no era la única que se había fumado, porque tenía una caja en la otra mano y otras muchas colillas en el suelo, por ende estaba drogado y había mucha niebla creada por el humo de la nicotina del cigarro.

Cogí un balde de agua de la esquina de la habitación, el cual se llenó por una fuga en una tubería que mis padres tenían que arreglar, y se lo tiré en la cara. Las ratas salieron despavoridas y el hombre estalló en carcajadas. Solo lo miré y busqué mi herramienta favorita.

Cogí mi llave inglesa azul, me encanta el azul, y me acerqué al tipo. Le devolví la sonrisa y le estrellé la llave en su ingle, el tipo se encogió en dolor y yo seguí con mi labor, pero esta vez se lo estrellé en la cabeza, luego en la columna y así sucesivamente por todo el cuerpo. Me encantaba el sonido de los huesos crujir. 

Cuando me aburrí, le revisé el pulso y me fui satisfecho con mi trabajo. Llegué a la cocina, pero no seguí hacia mi habitación, sino que me desvié hacia el patio y me tiré a la piscina. El color carmesí tiño el azul del agua y me frustré de nuevo. No me gusta cuando se pierde mi color y más cuando la noche está tan adecuada a mi mente, tan nublada del éxtasis que me causa una sola gota de sangre, lo único que lamento es su color, me hastía el color rojo, todo fuera más bonito si fuera azul como el cielo o los zafiros.

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